viernes, 22 de febrero de 2013

¿Qué significa ser gay en Uganda?

 Acabo de visualizar el vídeo que mi amigo Antonio me envió ayer -gracias, majo- y que ha emitido el canal Odisea, sobre un documental que sirve como ejemplo de cómo la manipulación del pensamiento colectivo a través de los medios de comunicación puede llevar a la mayoría de la población a la injusta condena y subsiguiente odio hacia un colectivo de personas inocentes.

Te ruego que no te quedes en los fallos del documental, que son varios, aunque no lo suficiente relevantes a la hora de denunciar la terrible realidad que sufren las personas con tendencia sexual diferente a la de gran parte de la población. El vídeo nos muestra la realidad ugandesa, pero podemos hacerla extensible a muchos otros países, no sólo del ámbito africano, sino de otros continentes. Incluso en Europa, hasta el siglo pasado, la homosexualidad era condenada y perseguida como un delito y calificada de aberración del comportamiento.

Si bien la persecución que los gays -cuando hablo de gays, me refiero a hombres y mujeres homosexuales- sufren en Uganda en la actualidad no es comparable a la existente en Europa a lo largo del siglo XX, sirve para hacernos pensar en las razones que los y las entrevistados en el documental ofrecen a la hora de justificar su odio o rechazo hacia las personas homosexuales. Da escalofríos pensar en cuán desinformados están: cuando se atreven a dar algún razonamiento -muchos de los entrevistados ni siquiera se lo habían planteado hasta que el realizador se lo cuestiona-, este se basa en tópicos absurdos y desde luego, en absoluto contrastados. Repiten consignas que han oído o les han enseñado desde la escuela o los púlpitos, o desde los medios de comunicación.

Me apena sobremanera pensar que la mayor parte de la población de países como Uganda pueda dejar manipular su pensamiento con tanta facilidad. Pero no es un problema sólo de Africa. Si nos dejamos aturdir por la tónica reciente, podemos caer de manera inconsciente, en la manipulación informativa, tal y como los ugandeses han caído con el tema de la homosexualidad. Una sensación de horror me atravesó el alma, especialmente ante la entrevista al diputado del parlamento ugandés que ha elaborado la propuesta de recrudecer y aumentar las medidas de acoso a los homosexuales. ¿No os recuerda a similares medidas que el gobierno nazi logró introducir en el parlamento alemán con el objetivo de exterminar a los judíos?

Me siento muy afortunado por poder vivir en una sociedad que ha demostrado y demuestra su madurez a través de la tolerancia hacia el otro, hacia el diferente, que respeta la opinión del contrario; a pesar del lamentable espectáculo que gran parte de nuestros periodistas y políticos dan en los programas de televisión españoles respecto a cualquier tema susceptible de debate. No dejemos que contaminen nuestro pensamiento ni nuestra percepción. ES BASURA!!! Desde que he dejado de sintonizar esos programas, que no aportan más que negatividad, vivo más feliz.

Probablemente los periódicos que se muestran en el documental son de tirada poco numerosa, pero mucho me temo que está destinado a un público poco cultivado y de fácil manipulación. Además, el acoso y persecución que la maquinaria del Estado pone en marcha para cerrar emisoras de radio o publicaciones contratrias al pensamiento gubernamental, va poco a poco minando las escasas infraestructuras que cualquiera podría tener para denunciar conductas abusivas. Por ello, mi admiración hacia los homosexuales ugandeses no tiene cabida en este artículo. Me parecen héroes que, a pesar de la desesperanza que nos invade a los occidentales que vemos el documental, siguen luchando por reivindicar unos derechos que deberíamos tener todos desde nuestro nacimiento y que están recogidos en la Carta de las Naciones Unidas, por citar uno de los documentos aprobados por la mayor parte de los gobiernos del planeta.

¿Hasta cuando vamos a seguir permitiendo atropellos como este? ¿Qué podemos hacer? Quizás una labor interesante sería contactar con los organismos ugandeses, tanto en Africa como en el resto del mundo, enviando pruebas e información de que la homosexualidad NO es una importación reciente de la cultura occidental: en culturas africanas ancestrales, existía ya una tolerancia hacia la homosexualidad. Otro medio sería enviar a las escuelas y universidades ugandesas, a los distintos organismos políticos y sociales, a los diputados y miembros del gobierno de Uganda, así como a las distintas iglesias asentadas en dicho país,  información exhaustiva acerca de la homosexualidad, sus características y evolución, de modo que puedan caer en la cuenta de que la homosexualidad no es una enfermedad, ni una perversión ni desde luego, un crimen que deba ser castigado y perseguido.

Se admiten más sugerencias..., por ejemplo, organizar viajes colectivos a Uganda para nuestras vacaciones y entablar conversaciones con la población, haciéndoles ver que los homosexuales no son criminales, etc.




http://www.youtube.com/watch?v=Dw1sWbZDYYs&sns=em